14.10.13
Últimas horas de la tarde, dentro de algún tiempo. Centrada en primer término, una mesa pequeña cuyos dos cajones se abren hacia el espectador. Sentado, de frente, es decir, del otro lado de los cajones, un viejo deformado. Pantalones estrechos, demasiado cortos, de un negro descolorido por la orina. Chaleco negro muy deslucido, con cuatro bolsillos holgados. Pesado reloj de plata, con cadena. Camisa blanca, mugrienta, desabrochada, sin cuello. Extraño par de botas, de un blanco sucio, del 48 por lo menos, muy estrechas y puntiagudas. Tez blanca. Nariz violácea. Pelo gris en desorden. Mal afeitado. Muy miope (pero sin gafas). Duro de oído. Voz cascada. De tono muy particular. Andar penoso. Sobre la mesa, un magnetofón con micrófono y numerosas cajas de cartón que contienen bobinas con cintas grabadas. Mesa y alrededores inmediatos bañados por una luz intensa. Resto de la escena en la oscuridad. Permanece un momento inmóvil, suspira profundamente, mira su reloj, registra sus bolsillos, saca un sobre, lo vuelve a depositar en su sitio, registra de nuevo, saca un pequeño llavero, lo eleva a la altura de sus ojos, elige una llave, se levanta y va hacia la parte delantera de la mesa. Se agacha, abre con la llave el primer cajón, mira en su interior, lo registra con la mano, saca una bobina, la examina de cerca, la vuelve a meter, cierra el cajón y echa la llave, abre el segundo cajón, mira en su interior, lo registra con la mano................
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